
Un buen amigo mío me preguntó hace unos días:
¿Te pones melancólica el día de tu cumpleaños? Sí, porque regularmente estoy lejos de casa, respondí.
¿Te pones melancólica en navidad?-volvió a preguntar- Sí, porque estoy lejos de mis amigos.
¿Te pones melancólica en San Valentín?- cuestionó una vez más- Sí, porque estoy sola, fue mi última respuesta.
Y esto me puso a reflexionar. El ser humano llora por aquellas cosas que no posee, en lugar de dar gracias por aquellas que sí.
En mi cumpleaños cuando estoy lejos de casa, nunca estoy sola. Tengo amigos que me hacen sentir mejor y me recuerdan que es un día para ser celebrado, no para deprimirse.
En navidad estoy lejos de mis amigos, pero estoy rodeada de mi familia, una de las grandes cosas con la que Dios me premió.
En San Valentín quizás no tenga pareja, pero debo recordar que es el día del amor y la amistad. El amor se representa de diferentes maneras, no sólo de pareja. Y la amistad es uno de los maravillosos regalos de la vida. Tengo amigos excelentes, y ese día es para celebrar con ellos (tomando en cuenta que la amistad y el amor se celebran todos los días).
Esta época navideña que está llegando, dejemos atrás todos los pensamientos decepcionantes sobre nuestra existencia, y como dice Axel: “Celebra la VIDA”
I. MAGDALENA. M.V.



