viernes, 16 de octubre de 2009

El secuestrado de "Nada"... digo de Nagua


Muchas son las especulaciones que se han hecho sobre el "secuestro" del joven Baldera, proveniente de la ciudad de Nagua. Algunos lo han calificado de autosecuestro, una manera de sacar dinero a sus padres, quienes han llorado su desaparición a moco tendido.

El joven apareció, sano y salvo, luego de escaparse de sus sustractores mientras uno de estos se cepillaba los dientes.

¿Por qué, entonces, en vez de felicidad, la población dominicana se muestra sospechosa sobre el caso? Bueno, por una serie de cabos sueltos, que por más que intentamos, los millones de manos dominicanas no logran atar:

1. El estado físico en que apareció el caballero: luego de escaparse en boxers, llega con camisa, pantalon, y hasta un candado!! Pero no debemos juzgar por esto. Señores, el niño antes de llegar a las camaras de los comunicadores pasó primero por casa de los campesinos que lo ayudaron y luego por manos de la Policia Nacional, y como buenos dominicanos, comparones que somos ¡cómo vamos a dejar que Eduardito se presente frente a las cámaras sin arreglarse! La belleza ante todo.

2. La forma de escape: en la entrevista con Alicia Ortega, Baldera explicó la forma en que pudo soltarse de sus esposas y cadenas. Damas y caballeros: McGiver! Sin embargo, tampoco debemos sacar conclusiones con esto. Luego de que se inventó la televisión por cable y el internet ¿quién no hace una bomba con un chicle y una banda eslástica? Abrir esposas con palitos es lo de menos. Además la culpa es de los secuestradores por usar articulos marca ACME.

3. Aspectos psicológicos: el Dr. Guerrero Heredia fue el psicólogo que dió su opinión pública sobre el caso, y se encontró extraño que este muchacho no presentara ningún tipo de secuela mental, después de 23 días de cautiverio. Por amor al padre, PUEBLO DOMINICANO, el muchacho se la pasaba cantando canciones de Pablo Milanés y de José José, ¿quién va a quedar loco así?

4. La muerte de los secuestradores: dos de los supuestos secuestradores aparecieron muertos luego del escape, a causa de un supuesto intercambio de disparos con la policía. Todos sabemos ya lo que se ha dicho sobre eso: las balas que te dan en el pecho rompen cuello, boca y nariz. ¡CUIDADO CON LAS BALAS PERDIDAS!

Pero no somos quien para juzgar. Pues al final del caso, lo que pasó o no pasó sólo lo saben Edward, Diosito y el barbero.

I.MAGDALENA.M.V

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